«Las construcciones (se las puede llamar arquitecturas) son herramientas para vivir, herramientas espaciales, con espacios contenedores y estimulantes de actividades humanas realizadas de determinada manera. Estimular una nueva manera de realizar actividades implica estimular una manera de vivir. La arquitectura es siempre estimulante de una manera de vivir. Estimular una manera de vivir y no otra implica la existencia de una ideología: la arquitectura es siempre ideológica.

La arquitectura es algo esencialmente sencillo para el hombre de la calle; desde siglos atrás esa confusión fue sembrada por los propios arquitectos en un accionar corporativo que siempre sostuvo los objetivos del poder. Los problemas reales de construcción a resolver en nuestra sociedad argentina son claros y concretos pero no se mencionan siquiera en las Facultades de Arquitectura donde se proveen a los estudiantes modelos reales a reproducir. Esos modelos, cargados de símbolos de riqueza y prestigio social, carecen de relación con el valor de uso y son provistos a estudiantes atontados por una enseñanza secundaria que les impide entender el mundo real en donde vivimos. Serán los futuros arquitectos repetidores de formalidades ajenas a la necesidad social, fieles seguidores del poder.

Argentina tiene hoy un déficit de 4.000.000 de viviendas, es decir, la mitad de los argentinos no tiene una vivienda con las condiciones mínimas de confort para una calidad de vida aceptable. Esa carencia representa un trabajo enorme, cuya realización en todo el territorio del país y en un plazo que no puede ser corto requiere el esfuerzo de una generación de arquitectos.

La cifra consignada es sólo de viviendas, de manera que habría que agregar escuelas, hospitales, edificios deportivos, administrativos, infraestructurales, etc.
Hay que crear una arquitectura para eso. Si tal falencia es real en Argentina, ¿por qué las Facultades enseñan a los jóvenes a reproducir “modelos” de exótico aspecto y uso y de elevado costo que sólo los ricos pueden comprar? (y los ricos son cada vez menos, aunque cada vez más ricos).

Las Universidades Nacionales, ¿no son para resolver los problemas reales de la Nación? Y si lo que hacen no resuelve eso, ¿para quién trabajan?. Evidentemente no para su pueblo.»

«Arquitectura y tiempo presente» del arquitecto. Osvaldo Bidinost, publicado en la revista Crann el 8 de agosto de 2001.

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